No puedo formar pareja

Las historias de consulta que publico através del blog y redes sociales son casos reales que fueron autorizados por sus protagonistas. Agradezco su generocidad para compartirse y permitir difundir consciencia. Representan además, una partecita mía que también trasciende y sana. En algunos casos sus nombres son modificados con el fin de preservar su intimidad.

Si llegaste hasta acá, una partecita de su historia puede atravesar un lugarcito de la tuya. Aquí vamos:

Kali llegó a consulta a sus 49 años para trabajar su síntoma ‘‘no puedo formar pareja’’ como lo definió. Había tenido vínculos amorosos o sexoafectivos ocasionales,más nunca había convivido con alguien ni tuvo hijos, me contaba.

En nuestros primeros encuentros abrimos las memorias de algunos momentos de su vida en los cuales había sentido abandono y pudo expresar aquellas emociones tan profundas que por mandato inconsciente, había reprimido. Incluso pudo ver como su prima, en medio de una mentira, se había ‘‘quedado con el amor’’ de su abuelo, a quien no pudo ver más.

Entendimos, que había una repetición:
En su vida adulta, eran las parejas quienes elegían a otra, un par.
En su infancia, esto tenía su origen en la preferencia de su abuelo por su prima, y en los abandonos de su padrino (que falleció) y su padre (que la abandonó cuando era chica).

Distintos escenarios, distintas personas, mismo tono, MISMA EMOCIÓN y allí una y otra vez había experimentado el ABANDONO.

Siempre en la primera parte del ciclo de consultas nos enfocamos en sacar a la luz aquellas emociones profundas, muy guardadas que se manifiestan mediante síntomas. Encontramos dinámicas, estructuras y patrones que se repiten y liberamos aquellas huellas inconscientes y sus emociones asociadas, todo eso que llamamos Programantes. Y la vida cambia.

Avanzó en su ciclo y reprogramamos las memorias del día de su nacimiento y momentos clave de su gestación; pudo ver como fué concebida en un intento de reparación de la pareja de sus padres, lo cual daba sentido a su búsqueda inconsciente de ‘‘unir parejas’’. Ella siempre replicaba el mismo formato: conocía a un hombre casado cuyo matrimonio atravesaba una crisis y posible separación, pero al tiempo se reconociliaban y el la dejaba.

Papá había engañado y abandonado a su mamá, y esas emociones y experiencias ‘le dieron vida’. Fué en el vientre de mamá que sus células se multiplicaron, crecieron y desarrollaron grabando una memoria que dió por resultado vida, nacimiento, y por ello de forma automática hay que repetir.

Cada pareja que la abandonó le dió vida (allí pudo sentir las mismas emociones que sintió através de mamá), en cada marido que tomaba, también la reparaba a mamá…

Conforme avanzaban las consultas, veía movimientos en su vida y como siempre anticipo en estos temas de pareja: no podemos saber de antemano si ese amor por el que se sufre ‘va a cambiar y va a volver desde un lugar mucho más lindo’ o vas querer dejarlo y abrirle paso a una nueva gran historia, y acá así fué. Kali primero dejó de sentir atracción por hombres casados, luego hizo un movimiento que le resultó desafiante y comenzó a salir con nuevas personas (desde su última relación no había logrado conectar con otros hombres y le costaba pensar en conocer a alguien de nuevo) y como a veces ‘los viejos códigos nos vienen a buscar’ salió con un hombre soltero que la desvalorizó, pero como aquí había una nueva Kali renanciendo, empoderada y decidida a ser prioridad, ese vínculo duró muy poco y así, dió lugar a la llegada de Rubén, su compañero de la secundaria con quien se reencontraba. Al principio se veían en secreto para ‘no romper con el grupo de amigos’ hasta que ESA CONSULTA la hizo ver, que mamá ocultaba la panza porque era juzgada en su embarazo.

Se liberó de aquellas cargas y juicios, ella ya no sería un motivo de vergüenza y para nuestros últimos encuentros ya ni hablábamos de aquel síntoma porque sus preocupaciones habían cambiado… ahora solo tenían que ver si se mudaban a la casa de ella, a un nuevo sitio o la de él.

Kali no completó el ciclo tras trasceder el síntoma, pero me alegra mucho haber recibido su amoroso mensaje meses después, movilizada por reencontrarse con su proceso compartido previamente en mis redes sociales.

Honro a cada mujer que se anima a dar el paso y recrear su historia, siento que tengo un AMOR SAGRADO, y este caso me mostró una partecita de mi, que junto a ella también sanó la pareja.

GRACIAS GRACIAS GRACIAS,

Con amor, Mile.

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